Los primeros 30 autos fabricados en la mega planta de Tesla en Grünheide, Alemania, fueron entregados a sus propietarios. Un momento histórico para la marca estadounidense que, desde el corazón de la industria automotriz europea, busca conquistar el mercado de los autos eléctricos en todo el Viejo Continente.
Elon Musk dijo presente y asistió la plana mayor alemana, encabezados por el Canciller Olaf Scholz. La inversión de esta “Gigafactory”, como se la conoce por su gran tamaño, fue de 5000 millones de euros, la mayor en Alemania para una fábrica de autos de los últimos años.
Aquí Tesla fabricará principalmente el Model Y, un crossover (o SUV) basado en el Model 3, este último su modelo más vendido actualmente en Europa. Cuando la planta esté al máximo de capacidad podrá fabricar 500.000 unidades al año.
Aunque se trata de una cifra monstruosa, el propio Elon Musk reconoció que aumentar la producción es mucho más difícil que iniciarla. De hecho, la inauguración de esta fábrica estaba planteada para julio de 2021 pero se demoró. El plan es llegar al medio millón de unidades para 2025.
«¡Emocionado por entregar mañana los primeros coches de producción fabricados por Giga Berlín-Brandenburgo!», tuiteó Musk en su red social preferida.
Hasta ahora los vehículos que se entregaban en Europa venían de Shanghai, China, en lo que representaba enormes costos de logística, que son los que se buscan acortar.
Los Model Y entregados corresponden a la versión Performance, con un precio de 64.000 euros y una autonomía declarada de 514 km.
La inauguración de la planta de Tesla se da a poco tiempo de que Volkswagen, su gran rival especialmente en Alemania, anuncio una nueva planta exclusivamente para autos eléctricos que levantará en Wolfsburg, muy cerca de la fábrica principal de la marca. Estará lista para 2026.
En la planta de Tesla de Berlín ya se contrataron a 3000 empleados de los 12000 que se espera haya en total.
Carrera con obstáculos
«Algunos no confiaban en que Alemania pudiera hacer esto», sostuvo el ministro regional de Finanzas, Joerg Steinbach, durante la entrega de las primeras unidades. Es que la construcción de la fábrica enfrentó enormes dificultades.
La principal fue por parte de asociaciones que cuestionaron el impacto ambiental del centro productivo, en especial en lo que respecta al uso del agua. Finalmente el pasado 4 de marzo las autoridades le concedieron el permiso final a Tesla para que la planta esté operativa.
A esos problemas se suman varios que tienen que ver con el contexto, empezando porque la invasión rusa a Ucrania disparó el precio de algunas materias primas necesarias para la construcción de baterías, como el níquel.
Otro inconveniente es que se mantiene la escasez mundial de chips, un fenómeno que impacta en toda la industria automotriz mundial y que llevó a que muchas fábricas suspendan la producción temporariamente.
El de Grünheide es el primer centro productivo de Tesla en Europa. Que esté ubicado en Alemania, cuna del auto y motor de la industria automotriz europea, es toda una declaración de intenciones.